jueves, 6 de noviembre de 2008

LAS DOS GUADALAJARAS



Guadalajara la del Wad- Al- Hayara o la del “Río de las Piedras”. La de España. Con su Catedral de Santa María, su Palacio del infantado, su Plaza del Jardinillo, su Iglesia de San Ginés y su Plaza de Santo Domingo. Es la Guadalajara lejana, la del río Henares, la Guadalajara que no conozco, la distante…

Esta es la Guadalajara de Antonio Buero Vallejo, la de Tomás Camarillo. La que guarda en su memoria aquel Hostal del Reloj y la de Nuño Beltrán de Guzmán quien fundara su ciudad homónima en México.

Es muy poco lo que se puede decir de un sitio que no se conoce, pero que tomo como referencia para hablar de otra Guadalajara, la mexicana…
Puente de Alcalá de Henares

Y aquí está, ésta es la Guadalajara de Jalisco, la de México. La Perla Tapatía. La “novia de Jalisco”, como en alguna canción popular se le conoce, y famosa también por la belleza de sus mujeres. Guadalajara es la segunda ciudad más importante después del Distrito Federal y, quizá, una de las más representativas en cuanto a su “mexicanidad”. Algunos de sus municipios en el aspecto turístico más importantes son: Tlaquepaque, Chapala, Tonalá y Zapopan.


Basílica de Zapopan


Tlaquepaque es el mayor centro alfarero de la República Mexicana. Significa “lugar sobre las Lomas de tierra barrial”. Nada como las bellas noches de ronda en Tlaquepaque, con sus mariachis y rondallas. Sus artesanías alfareras, en vidrio soplado y textiles, adornan sus portales mercantiles y cuenta con un interesante museo: El Museo Regional de Cerámica, en el que pueden admirarse un sin fin de piezas bellísimas.

Chapala se encuentra en la parte central de Jalisco y a poco más de 20 minutos del aeropuerto de Guadalajara. Chapala significa: “el lugar de búcaros u ollas pequeñas”. Y da nombre al lago más importante de México. Sus aguas son calmas, casi quietas. Cuenta con dos pequeñas islas: La Isla de los Alacranes frente a Chapala y La Isla de Mezcala -frente al poblado del mismo nombre-; en ambas se puede disfrutar de platillos extraídos de la laguna, especialmente ostras.



Tlaquepaque


Delicioso es el Carnaval del mes de febrero que inicia con el famoso “entierro del mal humor”, y sus carreras de burros y de meseros, magníficas charreadas y fastuosos carros alegóricos, así como bailes de disfraces divertidísimos. Este lugar de sueño que es la laguna de Chapala fue defenestrado por el hombre y se han hecho grandes campañas para resguardar el lugar con resultados muy positivos. Lo que es una gran alegría para los mexicanos y, especialmente, para los jaliscienses.

Tonalá es típica por sus artesanías en barro, hierro forjado y papel mache, entre otros. De una belleza especial son sus enormes macetones pintados a mano y horneados que hacen la delicia de los patios y jardines. Así como bases para macetas de caprichosas y elaboradas figuras, vanos para ventanas, bancas para kioscos, marcos de espejos y un sin fin de artículos en hierro forjado. Son también hermosos adornos las figuras de papel mache en vistoso coloridos, desde bellísimas miniaturas hasta enormes figuras de todas las formas imaginadas. Tonalá fue fundada por los zapotecas. Cuenta con una bella vegetación compuesta de árboles nativos como el guamúchil, mezquite, huizache y el tepehuaje entre otros.

Con el gran crecimiento de Guadalajara, el municipio de Zapopan se ha integrado prácticamente a la ciudad. En cualquier recorrido turístico no debe faltar la visita a la Basílica de Zapopan, con su famosa y milagrosa virgen de Zapopan, que no es otra que la representación de la Virgen de la Expectación y, cariñosamente llamada “La Generala” o “La Zapopanita”.

“La romería” es el nombre que recibe el peregrinaje anual que se lleva a cabo en la madrugada desde la catedral de Guadalajara hasta la basílica de Zapopan. Su festividad es el 12 de octubre (Día de la Romería) y, es una tradición que data de poco antes de la mitad del siglo XVIII. A un costado de la Basílica se encuentra el museo Huichol, en permanente exhibición del arte huichol. Digna de mención es la entrada al municipio de Zapopan con sus bellos arcos y fuente.

Volvamos a Guadalajara, a la ciudad, cuyo movimiento cultural está considerado como uno de los más fuertes de América. Importantísimas son sus festividades: La Feria del Libro”, “Las Fiestas de Octubre” y “El Encuentro Internacional de Mariachi y Charreria”. Guadalajara ha sido y es cuna de escritores y pintores, de actores y cineastas con representación internacional.
Su centro histórico palpita la historia de sus construcciones coloniales entre las que encontramos el famoso Hospicio Cabañas -galería de arte de uno de los más famosos muralistas mexicanos: José Clemente Orozco-; La Catedral, la Rotonda y la Biblioteca Iberoamericana.

Una de las más bellas construcciones -estilo neoclásico- es el Teatro Degollado con sus impresionantes columnas corintias, que abrió sus puertas al público un 13 de septiembre de 1866, con la ópera de Lucía de Lammermoor, de Gaetano Donizetti, interpretada nada más y nada menos que por Ángela Peralta, una de las más reconocidas sopranos mexicanas y, además, está considerado la sede de la Orquesta Filarmónica de Jalisco. Se ubica en la Plaza de San Agustín, uno de los más típicos lugares de Guadalajara, en los que el alquiler y recorrido en “calandrias” -carros tirados por caballos y adornados con flores de vistoso colores- es algo que nadie se debe perder. La Plaza Tapatía se extiende desde el teatro Degollado hasta el Hospicio Cabañas. Por supuesto que, nadie que visite Guadalajara, puede perderse de una magnífica estancia en La Plaza de los Mariachis”, con sus tabernas al aire libre y sus arcos: en donde se pueden degustar sabrosos platillos típicos - tortas ahogadas, pozole, tostadas, sopes, birria…-, acompañados de cervezas bien frías y de la más mexicana de las bebidas -el tequila-. Esto, desde luego, escuchando el Son de la Negra y vibrando con la incomparable música de los mariachis.


(Teatro Degollado)



Issa Martínez
(Publicado en Alenarte Revista)

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