sábado, 6 de junio de 2009

CUANDO LAS MENTIRAS MATAN

Vivir en esta país me resulta una muerte lenta y dolorosa. La pugna por ganar el voto mexicano en las campañas políticas es una lanza que me atraviesa. Escucharlos me hace sentir como una mariposa disecada, cuando ésta es traspasada por un alfiler. Al menos reconozco que dichas campañas han empezado a crearse por personas que comprenden la psicología humana y que saben explotarla. Ahora hasta los niños participan en las campañas y, ni qué decir de los artistas de televisión: actores y cantantes se han unido para ser parte de esta manipulación.

Entre promesas de lucha contra el narcotráfico, pena de muerte para los secuestradores, computadoras e inglés para los estudiantes de escuelas oficiales y pago de medicinas y atención médica, la pugna ve acercarse el día de las elecciones. Hace un par de días fui interpelada por dos mujeres que investigaban los resultados de campaña de uno de los partidos políticos.

“¿Sabe usted que nuestro diputado ha prometido dar zapatos a todos los niños de ésta Delegación?”

Se cambió la táctica, sin duda. Ahora ya no prometen una despensa y un desayuno a cambio del voto, eso se llama progreso, ¿no?

Y, claro, en esta Delegación y en la gran mayoría existen personas capaces de dar su voto a cambio de un par de zapatos para sus hijos. Especialmente cuando son familias que tiene por lo menos tres o cuatro criaturas por mantener; y que jamás podrán comprar tres o cuatro pares de zapatos juntos.

Sí, las campañas cada vez se vuelven más manipulativas. Explotan las carencias de este México sin la mayor vergüenza. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI y en un país supuestamente democrático se utilicen estos panfletos?

La corrupción sigue siendo el mayor problema de este país por sobre la delincuencia y los pésimos programas educativos. Este país debe cambiar su constitución política, especialmente la inmunidad de presidentes y mandatarios corruptos y rateros que se enriquecen a costillas del pueblo. En un país democrático no debe existir el fuero que convierte en intocables a quienes gobiernan el país. ¿Por qué ningún partido promete esto? El delito de peculio ilícito se ha comprobado durante la historia en cada sexenio y siempre ha permanecido impune. El pueblo de México necesita y quiere, que diputados y senadores deroguen de una buena vez esa ley corrupta que protege a nuestros intocables mandatarios. México quiere y necesita gente honesta para gobernar el país. Cuando esto pase, entonces, quizá, no sea necesario prometer, campaña a campaña, lo que siempre queda en promesa.

En lugar de sus campañas de proselitismo podrían gastar el dineral que eso representa en educar a la gente. La educación significa la desaparición del proselitismo y, las campañas políticas, sólo serían representadas por hechos y realidades. HECHOS Y REALIDADES son las bases para que el pueblo decida a quien otorgar su voto.

Vivir en este país me resulta una muerte lenta y dolorosa. Sí, somos como mariposas disecadas con los alfileres de las mentiras.

Issa Martínez

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